Recuerdos

Simple recuerdo, fuertes pensamientos

Hoy me levante con cierto aire de independiente, de autónomo, de libre, cosas que uno no sabe el porqué, pero que invaden el pensamiento, como algo sin lógica, sin pensamientos previos, como algo que está ahí, en algún lugar de nuestras memorias, de nuestros recuerdos, quizás con algo de nostalgias, pero, en definitiva hechos, situaciones, escenarios, circunstancias acontecidas que por momentos se asoman a nuestro diario vivir, y producen una secuencia recordatoria de hechos pasados que nos conectan de alguna forma el ayer con el hoy; la familia, los amigos, la escuela, trabajos, el barrio, etc., etc.,


Para los que no saben yo nací en la ciudad de Florida, la familia de mi padre vivía en General Flores y Pacheco y Obes, allí viví por ocho o nueve años, fue durante el tiempo escolar y parte de concurrencia a UTU, luego nos mudamos a Ituzangó y Ferrer, desde allí asistí al liceo y a temprana edad trabajaba en el frigorífico Granja Florida, en ese recorrido diario por lo general pasaba por un lugar histórico dedicado a recordar la declaratoria de la independencia, este lugar se ubicaba y se ubica hoy al frente de la plaza asamblea, al lado de la catedral de Florida.


En aquellos días en esa esquina solo había un recordatorio al hecho histórico de la asamblea de la florida celebrada el 25 de agosto de 1825, lugar donde se declaró la independencia de nuestro maravilloso país de todo poder extranjero; aparte de esto cada 25 de agosto nuestra ciudad se vestía de fiesta porque sucedían y continúan sucediendo eventos festivos, iba el presidente de la republica con una comitiva, desfilaban niños, gauchos, militares con lo mejor que tenían y algunos aviones surcaban el aire, aparte se recordaba, se hablaba en las escuelas, liceos, UTU y la radio local tenía bastante información sobre el tema y la festividad, casi literal se respiraba patria. 

Lo cierto es que de haberla leído tantas veces parte de la proclama de independencia allí escrita, prácticamente lo que estaba escrito en aquel lugar histórico lo tenía guardado en la memoria, aún hoy recuerdo gran parte de ello, sin lugar a dudas, tengo, conservo en mi un gran acervo patriótico, valores, bienes guardados en mi corazón ya sea por cultura o por herencia patrimonial, a esta altura ya no me interesa profundizar en este asunto, siento una profunda satisfacción, contentamiento, complacencia de ser uruguayo, este dos mil veinticinco celebraremos doscientos años de soberanía, de libertad, de independencia de autonomía como pueblo, de patria, de nación.


Quizás usted podrá pensar que tiene que ver esto con el cristianismo, más cuando estoy escribiendo con el propósito de edificar la congregación de cual formo parte; en primer lugar, resalto el espíritu de aquellos hombres y mujeres que tenían bien acuñados, bien estampados, bien grabados en sus pensamientos el deseo ardiente incambiable de Independencia, de autonomía y de libertad para su tierra; un pequeño país, con un puñado de habitantes comparados con la magnitud de Brasil, Portugal, España, pero, ese ideal era tan grande que estaban dispuesto a perderlo todo, aún sus vidas por lograrlo, nuestra tierra ha sido regada por sangre de hombres y mujeres que murieron con la esperanza de legar, de transferir, de traspasar a esta tierra libertad; independencia, soberanía, autonomía, identidad de nación.


OTRA HISTORIA.


El pueblo de Dios, a consecuencia de la promesa hecha por Dios a Abram, de entregarle a su descendencia la tierra que estaba mirando, aunque por momentos a lo largo del tiempo pudiera ser que algunos, pocos o muchos que aguardaran ardientemente, fervorosamente, apasionadamente, la tierra de la promesa, de la libertad, de la bendición; sin embargo, pasaron algo más de 700 años para llegar al momento de tomar, poseer la tierra prometida, después de Jericó les llevó seis años más para conquistar los lugares más importantes con Josué al frente.


Sin embargo, no fue hasta el 14 de mayo de 1948 que Israel es declarado estado independiente, autónomo, no sucumbir, fallecer, no extinguir la llama de la independencia, no morir, no renunciar al sueño de la libertad, de ser un pueblo autónomo, soberano, es algo maravilloso, pero, para eso, pasaron más de cuatro mil años desde Abraham a la declaratoria de la independencia.


Israel, al igual que Uruguay, pueblos estos significativamente pequeños, llegaron alcanzar la independencia, por el espíritu perseverante de su gente, ellos, todos totalmente persuadidos de que el tiempo de la libertad llegaría.


Como iglesia de Jesucristo, con fehacientes, irrefutables, irrebatibles, fidedignas promesas espirituales, de libertad, de independencia, de autonomía, de soberanía, sobre el mundo, sobre satanás y el pecado.

  La iglesia avanza hacia los nuevos cielos y nueva tierra, donde están las moradas eternas para la iglesia de Jesucristo, cielos y tierra nueva, libre de pecado, de maldad, de enfermedad, de sufrimiento, y de muerte, será similar, parecida a esta tierra, pero, libre de todo mal, de toda acción satánica, lo más parecido a esto son los primeros días de la creación, en un estado de inocencia total.

En todo este peregrinar, recorrido, camino transitado desde la fundación de la iglesia hasta ahora, alrededor de dos mil años, con sus luchas, altibajos, en un deseo mancomunado, solidarizado de hombres y mujeres de Dios, inquebrantables, inmutables, permanentes, ardientes en el Espíritu, para ejercer, hacer uso, proclamar el estado independiente, libre, emancipado de este mundo, de los deseos de la carne, de los principados, de las potestades, de los gobernadores de las tinieblas de este siglo, batallando contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes bajo la gracia y el poder concedido por Dios para que su iglesia camine en victoria.

La iglesia del primer siglo marcó una impronta, dejó una huella, una señal bien clara sellada, confirmada por Dios Espíritu Santo, ganar el mundo para Jesús, no fue fácil para la iglesia ya que hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles; pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio, la iglesia se extendió por todo el imperio romano, norte de África, la India, España, etc., etc.,

Sin embargo, después de la libertad de cultos otorgada por Constantino el Grande, emperador de Roma (San Constantino vivió aproximadamente entre 270 al 337 D.C.) la iglesia de Jesús, la iglesia perseguida, que había crecido en gran manera como que cayó o se fue cayendo en llevar adelante ideas, pensamientos humanos, algunos se mezclaron con otras religiones, aquella iglesia pujante, valiente, conquistadora de los primeros tiempos se fue perdiendo, desdibujando y es así que de tanto en tanto fueron apareciendo hombres y mujeres de Dios queriendo retomar los caminos antiguos, retornar a la iglesia apostólica del primer siglo, hoy a esos hombres les conocemos como los reformadores, pero, la historia de la iglesia nos marca que empezó un camino a la inversa, contrapuesta, discrepante con lo establecido por los siervos y siervas de Dios que eran guiados por el Espíritu Santo.

Por momentos la iglesia como que soplaba un espíritu de renuevo, como para ganarse el mundo para Cristo y por momentos languidecía, enflaquecía, menguaba, se debilitaba alejándose más y más del plan, del propósito divino, pero, gracias sean dadas a Dios, porque siempre han existido, y existirán hombres y mujeres inquebrantables, inmutables, permanentes, ardientes en el Espíritu, enamorados de la sana doctrina, no dispuestos a congraciarse, a no ser cautivado, seducido por este mundo, la carne o las potestades de las tinieblas.


La iglesia ha llegado hasta ahora, porque siempre han existido soñadores, valientes, temerosos de Dios, dispuestos a darlo todo, inclusive sus propias vidas por el Reino de Dios, hombres y mujeres insobornables, íntegros, virtuosos en la fe, en la piedad, en el amor, dispuestos a todo por la iglesia de Jesús, hombres y mujeres que marcan presencia, porque son diferente, buscan el retorno a la iglesia primitiva, buscan, pretenden, aspiran en lo más profundo de su corazones una iglesia independiente de los poderes foráneos al Espíritu de Dios, una iglesia que busca la autonomía del hombre y la mujer de Dios, siguiendo la verdad de la libertad, para alcanzar en unidad el propósito divino.


¡Nuestra congregación con cuarenta años de vida en Jesucristo, muchas veces en su marcha contra la corriente, se le ha considerado desdichada, fatigada, extenuada por las diferentes tempestades, en ocasiones parece estar sin consuelo, con pesares, pero, he aquí, que sus piedras vivas, piedras sustentadas por Dios Espíritu Santo, esos hombres y mujeres que buscan la autonomía, la libertad, la independencia, la soberanía de Dios sobre la congregación, están asentados sobre el sólido fundamento de Cristo, que son llenos y llenas de una belleza sin igual para el mundo espiritual, están asentados sobre turquesas, cimentados sobre zafiros, las almenas son de rubíes y las puertas de berilo; todo su muro alrededor, es de piedras preciosas.


Todos sus hijos serán enseñados por el SEÑOR, y grande será la paz de sus hijos. En justicia estas afirmada. Estas apartada de la opresión, la cual no temerás; y lejos del terror, el cual no se acercará a ti. Si alguno te ataca ferozmente, no será de mi parte; quien te ataque caerá ante ti. He aquí, yo he creado al herrero que sopla los carbones en el fuego y que saca una herramienta para su trabajo; también yo he creado al destructor para destruir. No prosperará ninguna herramienta que sea fabricada contra ti. Tú condenarás toda lengua que se levante contra ti en el juicio. Esta es la heredad de los siervos del SEÑOR, y su vindicación de parte mía", dice el SEÑOR. (Isaías 54)


¡Gloria sean dadas a Dios Padre en nombre de Cristo por estos 40 años de testimonio cristiano! Donde el propio Dios ha mantenido siempre un remanente fiel, un remanente siempre dispuesto a luchar en todo tiempo en pos de una iglesia independiente, autónoma, libre, que responde ante la soberanía de Dios el Padre; 40 años es un logro significativo y una bendición sin igual que procede de la gracia de Dios a través del testimonio de Cristo como Dios, Señor y Salvador del hombre, en la unción de Dios Espíritu Santo.


En este camino, algunos, pocos o mucho hemos compartido la verdad del evangelio, hemos sido luz en la oscuridad y hemos llevado esperanza a aquellos que necesitaban escuchar el mensaje de amor y redención, hemos estado codo con codo en las peores adversidades, siempre dispuestos avanzar en el camino de la fe, hay en la IGLESIA CRISTIANA INDEPENDIENTE DE MONTEVIDEO una estirpe, un linaje, una casta de hombres y mujeres inquebrantables, inmutables, permanentes, ardientes en el Espíritu, enamorados de la sana doctrina, no dispuestos a congraciarse, ni a ser cautivado, seducido por este mundo, la carne o las potestades de las tinieblas.


Dios bendiga la congregación en todo tiempo y su gracia sea abundante sobre ella por siempre; Dios bendiga nuestra tierra, nuestra nación por siempre y agradecemos por cada hombre, cada mujer que se atrevió a desafiar las impunidades, los abusos, arbitrariedades, para dejarnos una patria libre, autónoma y soberana, asi como los creyentes auténticos no están dispuestos a contaminar o dejar contaminar el mensaje de vida que viene del Padre.


Abundantes bendiciones en Cristo para tu vida y tu familia, en todo lo que puedas y dependa de ti "apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela." (Salmo 34:14) Atte. Myrp

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