salvos por fe

"¿Qué debo hacer para ser salvo?"
Hechos 16.30
Toda la palabra de Dios es más que sustancial, más que esencial para la vida cristiana; es trascendental, se extenderá más allá de nuestras propias vidas, ella permanecerá para siempre, toda la escritura es inspirada por Dios, útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (2 Timoteo 3:16-17), si la palabra de Dios permanece en nosotros, nosotros permaneceremos en el Hijo y en el Padre; la promesa que él nos hizo es la vida eterna, (1Juan 2.24-25) todo aquel que oye las palabras de Jesús y cree en Dios, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida (Juan 5:24)
La pregunta hecha por un carcelero a Pablo y Silas se convierte en una sustancial y trascendental consulta para todo el que quiere alcanzar la salvación, la vida eterna, la reconciliación, la paz para con Dios; la repuesta inmediata, directa del apóstol, se transforma de vital importancia para vida del ser humano, para todo hombre, para toda mujer, que habita, habitó y habitará en este planeta llamado tierra, ya que ninguno puede auto salvarse, nadie puede justificarse por sus obras ante Dios; ciertamente, concluyentemente, indudablemente, a la luz de las escrituras, en ningún hombre hay salvación; al salir el aliento de vida del hombre, su cuerpo vuelve a la tierra y en ese mismo día perecen sus pensamientos (Salmo 146:4); y está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan. (Hebreos 9:27-28) el único nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos es el de Jesús. (Hechos 4:12)

Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.
Hechos 16:30-31
Existe en el tema de la salvación una gran variedad de opiniones, de sentires, de veredictos que cobran mayor o menor importancia de acuerdo a la religión que se profesa, que se ejerce, que se practica, en más de una ocasión cuando hablamos sobre algunas doctrinas existe una tendencia a la separación, a la división, a la disociación del pueblo de Dios; por lo tanto; mucho se dice, se ha dicho y se dirá tocante a este tema, porque existe una profusión, una abundancia de religiones bastante importante en este mundo, existiendo mucha literatura referente al tema en cuestión con el fin de ayudar a fortalecer credos, creencias, dogmas, doctrinas, culturas religiosas, patrimonios, etc., etc., pero... ¿qué dice la biblia referente a este tema? ¿Existe una repuesta clara y concreta? ¿Qué pensamos nosotros como iglesia? ¿Qué debemos hacer para ser salvo?
Gracias sean dadas a Dios por el carcelero de Filipo en todo tiempo por esa oportuna, ocurrente y hasta feliz pregunta: ¿Señores qué debo hacer para ser salvo? La respuesta dada de forma inmediata con un carácter claro, contundente, concluyente, no generando ninguna clase de dudas, de indecisión o fluctuación al decir: "cree en el Señor Jesucristo y serás salvo, tú y tu casa", esta repuesta se transforma en una realidad sencilla y básica; esencial, fundamental, y trascendental para todo aquel que quiere ser salvo, Dios desea,quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. (1 Timoteo 2:4-6)
Esta repuesta dada por Pablo, más allá de todas las virtudes o características anteriormente mencionadas, no deja de ser una declaración radical, tajante que no da lugar a dos interpretaciones y muchos menos a tres, la salvación es: creyendo en Jesucristo; en otras palabras, la salvación es por medio de la fe en Jesucristo, el Hijo de Dios, todas las virtudes, las cualidades, los méritos de la salvación pertenecen a Jesús, Jesús es más que suficiente para salvarnos, de toda condenación eterna, él es el garante de la vida misma para todo aquel que cree, y todo aquel que en él cree no será avergonzado (Romanos 10:11), la religión no salva, las iglesias no salvan, las obras no salvan, los hombres no salvan, sólo Jesús salva y en ningún otro hay salvación.(Hechos 4:12)

En la vida y obra de Jesús lo que podemos ver, apreciar, valorar, es el amor inmensurable, extraordinario e incondicional de Dios hacia un mundo perdido, hacia el hombre, alejado, extraviado de su presencia, que camina sin fe, sin amor y sin esperanza, en esto mostró su amor Dios para con el perdido en sus delitos y pecados( Efesios 2:1), en que envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él; porque el amor de Dios consiste no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados (1 Juan 4:9-10); por demás está decir que las escrituras nos dicen que no hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios; que todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. (Romanos 3:10-12)
Esta situación tan adversa pecadora, perversa, tenebrosa del hombre para con Dios parece desoladora, infecunda, estéril, infructífera, arrojando inevitablemente el resultado, el efecto, la secuela, el desenlace de estar separados, alejados, incomunicados para con Dios, como consecuencia de que él es un Dios Santo, Santo, Santo (Isaías 6:8- Apocalipsis 4:10) y no hay ninguna impureza en él ni ninguna tiniebla, sin embargo, Dios, en su misericordia no abandonó al hombre, no lo dejó a merced de la dureza de su corazón, ni a merced de satanás o el pecado, Dios no le dio las espaldas al hombre pagándole así con la misma moneda, sino que mostro su amor para con él, en que siendo los hombres aún pecadores, Cristo murió por ellos (Romanos 5:8).
El amor de Dios no está directamente relacionado o en función al amor del hombre hacia él, no es equitativo el amor de Dios y el amor del hombre, ni es recíproco, Dios no ama conforme el hombre le ama; porque Dios es amor, el amor forma parte del carácter, del perfil, de la esencia de Dios, (1 Juan 4:8), el amor divino es inmensurable, inmenso, incalculable a la razón humana (Efesios 3:18-19) y a los sentimientos; el amor de Dios es eterno (Jeremías 31:3), no caduca, no se termina, no tiene fecha de vencimiento; el amor nunca deja de ser (1Corintios 13:8) no varía, no cambia, no disminuye, en todo tiempo ama Dios; ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.(Romanos 8:39-40)
Dios resuelve su dilema entre su santidad, su pureza, su integridad, su justicia y su gran amor hacia el hombre pecador, rebelde, malvado, a través del sacrificio en la cruz de su Santo Hijo Jesús; mediante el sacrificio en la cruz de su Hijo amado estaba reconciliando al hombre para con él, matando, crucificando, condenando en su carne las enemistades, las maldades, los pecados, que separaban al hombre de él; el hombre es, ha sido y será rescatado de su vana manera de vivir, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, el Cristo; el Mesías; el Enviado; el Ungido de Dios, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor al hombre, y mediante por lo cual se cree en Dios, quien resucitó a Jesús de entre los muertos y le ha dado gloria, para que la fe y esperanza sean en Dios.

Absolutamente, definitivamente todos los hombres se han extraviado, todos han pecado contra Dios, no hay justo ni aún uno, todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. (Romanos 3:10-12 y 23), Dios es quien promete y provee la salvación, Dios es quien promete y provee la vida eterna en su reino a los que creen, el mensaje que viene directamente del cielo, directamente del corazón de Dios dice: de esta manera confirmo, ratifico mi amor, lo hago real, evidente, palpable, al enviar a mi Hijo unigénito Jesús al mundo, a morir en sacrificio por el pecado, para que todo aquel que crea no se pierda más tenga vida eterna; Jesús viviendo en el mundo, el cual él había creado, entre los hombres pecadores no conoció el pecado, ni se halló engaño en su boca, pero, cargó, imputó, llevo sobre sí el pecado de todos los hombres en la cruz, para que todos los que creen sean reconciliados para con Dios y sean libres de la condenación del pecado, ya que la paga del pecado es muerte, más dádiva de Dios, el regalo, el obsequio del Padre es vida eterna en su Hijo amado Jesús. (Romanos 6:23)
La Biblia dice que los que recibieron este mensaje, a los que creen en el nombre de Jesús les dio potestad de ser hecho hijos de Dios (Juan 1:12), mientras que Jesús dice: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación (Juan 5:28) Es irrefutable, incuestionable el amor de Dios hacia el hombre, Dios ama como nadie puede llegar amar jamás, él envió a su santo Hijo Jesús a este mundo, él vivió entre los hombres, anduvo sanando y haciendo bienes a los oprimidos por el diablo, predico las buenas nuevas del reino de los cielos, el murió en aquella cruz y fue contado entre los muertos, fue enterrado, al tercer día resucitó, y hoy vive. Dios quiere, desea de corazón que todos los hombres se reconcilien, se vuelvan a él alcanzando la salvación por medio de la fe en Jesús el Hijo de Dios, si tu pregunta es "¿Qué debo hacer para ser salvo?" Dios te dice: "Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo". Te desafío a que tomes una decisión de fe acepta a Cristo como tú salvador personal, y tu vida será totalmente transformada, pues por la fe tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo (Romanos 5:1)
En muchas ocasiones se hace difícil creer o escuchar acerca de Dios, pero es un hecho que por la personalidad, la peculiaridad, la idiosincrasia de uruguayo, se ha incorporado, se ha establecido en el dialecto, en la jerga popular, frases que invocan, que señalan, que contienen algo de esperanza y de fe como: "Si Dios quiere", "al que madruga Dios lo ayuda", "Dios aprieta, pero, no ahorca" , "La justicia divina tarda, pero, llega", "Dios castiga, pero no vemos su vara", etc., etc., por lo tanto el concepto o el nombre de Dios, está establecido en la cultura, sin embargo, no lo tomamos en cuenta como para escucharlo o creer en él de una manera real, poderosa, provechosa para el ser humano.
Por lo general las personas lo rechazan, lo desprecian, lo obvian, lo desechan con frases que hemos aprendido, asimilado, incorporado, que nos viene como anillo al dedo para salir del paso casi de una manera perfecta y educada cuando nos preguntan ¿Crees en Dios? Esas frases pueden ser: "Yo creo en Dios, pero, a mi manera" "Yo ya tengo mi religión", "Todas las religiones son buenas, todas conducen a Dios", "Si Dios es tan bueno y justo, porque sucede lo que sucede en el mundo", ¿Por qué tanta gente buena muere?, "Creo en Dios, pero no creo en las iglesias" o "Creo en Dios, pero no creo en los hombres" "Los pastores son unos chantas" etc., etc.

Sin embargo, a pesar que no se le tiene en cuenta, que se le ignore, a pesar que se le vuelva la espalda y se mire en otra dirección, Dios siempre está presente, él está cercano, para todo aquel que le busque, para todo aquel le invoque, este es un maravilloso y propicio tiempo para buscar a Dios, él puede ser hallado, encontrado, descubierto, porque él está cerca; deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Dios vino al hombre, se acercó a él a través de la persona de Jesucristo, no hay que obviar, evadir, escapar de la realidad del costo que tuvo tal acercamiento, Jesucristo fue afligido, oprimido, lacerado y entregó su vida de parte de sí mismo en una cruz, sin quejas contra nadie, el calladamente, santo y justo, sufrió terrible castigo, sufrimiento y muerte que no le correspondía, momentos antes de expirar sus palabras fueron llenas de amor hacia sus castigadores y de intersección, ante Dios por los mismos: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen", una vez muerto, lo enterraron en una tumba que no era suya, pero, ni la muerte, ni la tumba lo pudieron contener; al tercer día resucitó, él vive para siempre.
A pesar de lo duro e inexplicable que parezca, este era el plan de Dios, para acercarse al hombre, Dios es quien promete que todo aquel que crea en Jesús, será reconciliado para con Él y alcanzará el más preciado bien que cualquier persona pueda recibir, la salvación, pero, también recibimos, amor y paz de Dios.
Sí, Jesús fue herido, maltratado, despreciado, muerto crucificado, por el gran amor hacia cada hombre que habite en este mundo, si, Jesús es, fue y será el ser más justo que ha vivido sobre la tierra, la sentencia, la pena de muerte que cayó sobre él, fue como consecuencia de ese gran amor que él tiene hacia cada persona, por lo cual podemos aseverar, asegurar sin ningún temor a equivocarnos que no existe ninguna persona en este mundo a quien Él no ame; Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; (1 Corintios 15:3-4) para salvar de condenación a todo aquel que cree en él.
Abundantes bendiciones en Cristo para tu vida y tu familia, en todo lo que puedas y dependa de ti "apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela." (Salmo 34:14) Atte. Myrp