
PERSUADIDOS DE UN PROPÓSITO DIVINO.
Hasta el momento ningún incrédulo ha alcanzado una sola promesa de Dios, porque las promesas son para los que creen.
001 Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar (Juan 9:4)
002 En este mundo en el cual vivimos, bajo este cielo, existe un tiempo para cada cosa, como bien está expuesto en Eclesiastés tres, hay un tiempo para nacer y un tiempo para morir, hay un tiempo para sembrar y un tiempo para cosechar; esta verdad irrefutable, indudable e imperecedera tanto en el mundo natural, como espiritual, por estar contenida en las sagradas escrituras, y como sabemos, toda la Escritura es inspirada por Dios; al mirar, leer o escudriñar Juan 9:4 con estos parámetros como que despierta, estimula, provoca al corazón a la urgencia de cumplir con de la predicación del evangelio y el propósito de Dios mientras hay oportunidad, el tiempo es corto, es fugaz, es limitado, la noche, la oscuridad se avecina, se acerca, esta a la vuelta de la esquina, y cuando ella llegue, se establezca, ya nadie podrá trabajar.
003 Existe una urgencia de parte Dios quien quiere que todos los hombres se salven y lleguen a conocer la verdad, a Jesucristo, existe una urgencia de parte de Cristo Jesús quien un día juzgará a los vivos y a los muertos cuando venga para establecer su reino, pero, en tanto, que ese día no llega la iglesia el creyente debe de tener la urgencia de predicar la palabra de Dios, sea este o no sea el tiempo oportuno, por qué; llegará el tiempo en que la gente no escuchará más la sólida y sana enseñanza. Seguirán sus propios deseos y buscarán maestros que les digan lo que sus oídos se mueren por oír. (2 Timoteo 4:3)
004 Somos hechura* suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. (Efesios 2:10); no existen dudas, hay una realidad que va más allá de nuestra comprensión y sabiduría humana; hemos sido creados, por nuestro Dios, obra somos de sus manos, él es nuestro Padre, él es el bendito alfarero que nos ha moldeado, formado conforme a su voluntad y propósito; el salmista dice: estoy maravillado, mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que e n oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mis embriones vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas. (Salmo 139:14-16)
005 A pesar que nadie lo diga y no haya, no exista ningún documento firmado, hemos entrado en los negocios de Dios y en ellos nos es necesario estar, hemos, entrado en las labores del Señor y en ellas debemos de permanecer, sabemos entendemos, comprendemos que la obra es de Dios y nosotros somos sus colaboradores, somos testigos de Dios, ungidos por Dios Espíritu Santo, para hacer, realizar las obras que el preparó de antemano para que nosotros realizáramos.
006 Pensar, hablar de esta forma, puede generar a muchos un pensamiento burlesco, incomprensible, enigmático, o indiferente porque se necesita una convicción real, estar realmente persuadidos por fe de que existe un plan, un propósito divino para con nuestras vidas, que formamos parte de algo que va más allá de lo vemos u oímos, más allá de nuestro entendimiento y de nuestro tiempo en este mundo, hemos sido salvados y llamados con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos (2 Timoteo 1:9)

007 Cada uno de los que hemos, aceptado a Jesús como Señor y salvador, y hemos abrazado con pasión el privilegio del llamamiento al servicio, sin regatear nada con todo el corazón, con toda el alma y con toda nuestra mente de un deseo ardiente en querer servir a Dios, es un hecho, que, quien tiene, posee ese querer, ese anhelar, debe considerarse bienaventurado, dichoso, feliz, por ser ese instrumento escogido en las manos de quien guía todas las cosas.
008 En todo tiempo, bajo cualesquiera circunstancias reconocemos que el es quien nos guía y es Dios mismo quien en nosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad, por lo tanto, el querer, el deseo, el anhelo de querer servir a Dios es algo maravilloso en el ser humano, y esos buenos deseos son depositados por Dios para que los hombres le sirvan, ya que Dios es quien llama, quien unge y envía obreros a sus mies.
009 Sin lugar a dudas es algo inmensamente maravilloso saberse en las manos, estar en los planes, en los propósitos divinos y eternos de nuestro Dios, al entender, tener el conocimiento, reconocer que nuestras vidas están entretejidas en los planes del creador, saber que el creador del universo nos ha llamados con un plan, con un propósito específico para desarrollar un ministerio para edificación, desarrollo y crecimiento de su obra, ya pensado desde antes que naciéramos debería ser una inmedible e impagable satisfacción.
010 Esta realidad por momentos se hace incomprensible a la mente humana, pero, al mundo de la fe nos sentimos maravillados de que Dios esté confiando en nosotros para realizar su obra pensada desde antes que naciéramos a este mundo, nuestro corazón, nuestra vida no solo debería sentir el privilegio incomparable de estar al servicio de Dios, sino que debe de ser una fuente de gratitud, de agradecimiento, de humildad por lo otorgado.
011 Al confiar Dios en nosotros estamos diciendo que el esta confiando, está depositando en nuestras manos, en nuestra orbita, en nuestro mundo por pequeño que este sea o nos parezca desde nuestra apreciación, pero, la realidad es que la obra de Dios nos trasciende, que va más allá de nuestro propio entendimiento, va más allá de nuestras fuerzas, que va más allá de nuestro tiempo de vida, ella ha comenzado antes que el mundo fuera y seguirá después del tiempo final para este mundo.
012 Extraordinario y maravillosos es saberse en la mano de Dios que lo tiene todo pensado, todo planeado, sin embargo, entendemos que sin Dios nada podemos hacer, Pablo apóstol de Jesucristo declaro lo siguiente: por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos, pero no yo, sino la gracia de Dios, en otras palabras pablo está diciendo: lo que soy, lo soy por la gracia de Dios; y lo que hago, lo hago por la gracia de Dios, sin la gracia de Dios nada podría hacer.
013 Habíamos mencionado en otro de estos escritos que el llamamiento de Dios es de acuerdo a su real intención; él nos llama con un propósito determinado y especifico, lo primero es salvarnos, es regalarnos la vida eterna en Cristo Jesús, y aunque quizás no seamos perfecto o no lleguemos a ser un diez, debemos esforzarnos y seguir adelante tratando de alcanzar esa plenitud de vida en Cristo Jesús; consideramos a la salvación la manifestación de la superabundante gracia de Dios en el creyente, como está escrito: ¡Gracias a Dios por su don inefable! (2 Corintios 9:15)
014 Indiscutiblemente en el contexto bíblico la salvación es lo máximo, maravilloso misterio divino imposible de explicar con palabras, como siempre trato de trasmitir de diferentes formas que ninguna capacidad humana ya sea en lo personal como en lo colectivo es imposible conceptualizar a Dios; mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. (Isaías 55:8-9)
015 Debemos de fijar nuestras miradas en el autor y consumador de la fe Jesucristo ya que él es garante de nuestra victoria, como está escrito: Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.
016 Mientras avanzamos hacia nuestra patria celestial, fijando la mirada en lo que tenemos por delante, avanzando hacia el al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús; pero mientras corremos esta carrera que tenemos por delante, hay un plan, un propósito por el cual hemos sido llamados llevar las buenas nuevas de salvación a toda criatura y a toda nación; Dios no es alguien que está ensayando, experimentando, probando o siguiendo la inspiración del momento para saber dónde funcionamos mejor o podemos traer el mayor redito posible para el Reino de los Cielos.
017 Desde siempre Dios ha tenido un plan bien definido, acotado, diseñado, para todos y cada uno de los integrantes del Reino, de la iglesia desde antes de la fundación del mundo y lo llevará a cabo en todos sus detalles en su tiempo exacto.
bendiciones abundantes en nombre de Cristo par sus vidas y respectivas familias. Atte. Myrp