Mas que Victorioso
Que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros;
pues no ignoramos sus maquinaciones
2 Corintios 2:12
Es realmente impresionante la profundidad de las palabras de Pablo; su enseñanza nos invita a reflexionar sobre nuestras propias vidas y a identificar esas piedritas que pueden estar obstaculizando nuestro caminar en la fe; en ocasiones, nos acostumbramos tanto a esas pequeñas molestias que terminamos ignorándolas, aunque sabemos que están ahí y que no son buenas a los ojos de Dios.
Estas palabras son un llamado poderoso a la introspección y al acto de quitar esas piedritas del zapato; no solo por nuestra propia paz y bienestar, sino también para caminar más plenamente en el camino de la fe que Dios tiene para con nosotros.
Estas palabras paulinas capturan perfectamente parte de la esencia de las enseñanzas del mensaje de salvación y vida; en ocasiones cargamos pesos o mochilas con diferentes contenidos que pueden ser perfectamente preocupaciones, resentimientos, culpas, miedos, hábitos dañinos, entre otros, sin embargo, a menudo, nos acostumbramos tanto a llevarlos que se convierten en parte de nuestro equipaje de vida, aun cuando nos estén frenando el crecimiento y desarrollo cristiano.
La invitación bíblica es clara, no hay lugar para las dudas: debemos confiar en Cristo, despojarnos de una vez por todas de esas cargas y permitir que Jesús nos libere de esos pesos molestos e innecesarios y nos guíe; solo así podremos avanzar con mayor libertad y ligereza en nuestra carrera de la fe; despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. (Hebreos 12:1)
Efectivamente, la sabiduría de Pablo nos invita a mantener una actitud de humildad y apertura al crecimiento espiritual continuo, en ocasiones estamos tan apegados a las enseñanzas y prácticas iniciales (rudimentos del evangelio) que olvidamos que la vida espiritual es dinámica y siempre está en expansión, en crecimiento, con el propósito de alcanzar una mayor estatura espiritual, es crucial estar dispuestos a soltar ciertos rudimentos aprendidos, no porque sean incorrectos, sino porque pueden dar paso a una comprensión más profunda y revelaciones más amplias del evangelio hacia un crecimiento personal.
Antes de continuar avanzando es fundamental reconocer la inmutabilidad de los fundamentos de la fe cristiana, ya que ellos son el pilar sobre el cual construimos nuestra vida espiritual, lo que estamos explorando o tratando de ver aquí es el proceso continuo de crecimiento y madurez espiritual que experimentamos a lo largo de nuestra vida.
Cada etapa y cada experiencia en nuestro camino de fe nos ofrece la oportunidad de aprender y crecer; a medida que avanzamos, es posible que necesitemos reevaluar ciertas prácticas o entendimientos, no para cambiar los fundamentos, sino para profundizar y ampliar nuestra relación con Dios.

La transformación es como un proceso de desaprender y reaprender, de soltar lo que ya no sirve y abrazar nuevas revelaciones, revelaciones en las cuales encontramos un mayor peso de gloria en el Señor Jesús; es una invitación a estar siempre abiertos a la obra transformadora del Espíritu Santo en nuestras vidas, sin abandonar las sagradas escrituras y no alterar los fundamentos de la fe cristiana.
El proceso de transformación y crecimiento continuo es parte integral de nuestra jornada existencial en este mundo tanto en lo espiritual como en lo natural; cada día nos ofrece nuevas oportunidades para ser moldeados y perfeccionados por la gracia y el propósito divino para con nuestras vidas.
La realidad indiscutible, irrefutable, incuestionable es que esta carrera de vida, de fe es que la mejor versión de nosotros mismos siempre está en construcción, que bueno, que alentador es saber que siempre hay espacio para ser un poquito mejor cada día, cada año, mientras vivamos en este mundo; esta perspectiva de vida nos invita a vivir con esperanza y a abrazar cada día con el anhelo de acercarnos más a lo que Dios quiere para nosotros.
Es verdaderamente alentador y esperanzador ver cómo Pablo nos guía en este proceso de transformación espiritual continua, la libertad que encontramos en el Espíritu del Señor nos permite ser moldeados y renovados constantemente, reflejando cada vez más su gloria. (2 Corintios 3:17-18)
La analogía presentada por Pablo de crecer de niños espirituales a adultos en la fe es realmente muy poderosa y necesaria; cada etapa, cada proceso en nuestro camino espiritual tiene su propósito y su valor, de alguna manera es algo misterioso y a la vez es emocionante pensar en la madurez y el crecimiento cristiano que nos espera, ya que somos desafiados a vivir con la expectativa de ser transformados, día a día, en la imagen de Cristo, nuestro Señor y salvador
Es un hecho irreversible, inalterable a medida que crecemos y maduramos espiritualmente, dejamos atrás lo que es de niño y edificamos nuestra vida sobre el fundamento inamovible de Cristo; (1 Corintios 13:11) este proceso de crecimiento implica una continua transformación y purificación, donde dejamos atrás los lastres naturales y pecaminosos que nos atan, nos aferran a una vida alejada del ideal divino.
Esta maravillosa carrera de fe, esperanza y vida, desafiándonos a un crecimiento continuo, nos enfrenta a la loca realidad de tener el conocimiento divino que estamos en un proceso constante de perfeccionamiento, guiados por el Espíritu Santo, esto debería de llenarnos de aliento y propósito; cada paso que damos en fe nos acerca más a esa imagen perfecta en Cristo y nos revitaliza en nuestro caminar espiritual.
La metáfora, la alusión, la insinuación de edificar nuestra casa espiritual es poderosa; cada paso hacia adelante, nos acerca más al modelo de Dios y a la perfección en Cristo; este camino es, sin duda, una jornada de por vida de constante renovación y revitalización; donde la guía de Dios Espíritu Santo es imprescindible. Es una verdadera bendición saber que estamos en un proceso de perfeccionamiento continuo y que, en el tiempo de Dios, cada uno de nosotros será llevado a la plenitud y perfección en Cristo.

Que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones
2 Corintios 2:12
Estas palabras son un excelente punto de partida para una reflexión profunda sobre el crecimiento en la vida cristiana, porque no se crece de cualquier manera para una edificación real de la vida cristiana y el reino de los cielos; analicemos los siguientes tres puntos:
A) El contexto en el cual fueron dichas estas palabras: Pablo escribió esto en una carta a los corintios, específicamente en un momento de gran tensión y dificultad en la iglesia de Corinto. Había conflictos y divisiones internas, y Pablo quería asegurar que la comunidad permaneciera unida y alerta ante las influencias negativas. Él les recordó que deben estar atentos y conscientes de las estrategias de Satanás para no caer en sus trampas.
B) Las expectativas de un archienemigo, siempre al acecho y perseverante: Satanás, como enemigo de las almas, siempre está buscando maneras de desviarnos del camino de la fe y de sembrar discordia y duda. La perseverancia y el acecho constante del enemigo requieren que los creyentes estén en guardia, fortalecidos por la oración, la fe y el conocimiento de la Palabra de Dios. Es crucial reconocer que el enemigo no descansa y está siempre buscando oportunidades para ganar ventaja.
C) No podemos ignorar las maquinaciones de un enemigo real de las almas, Satanás: Ignorar las tácticas de Satanás puede ser peligroso para nuestra vida espiritual. Pablo nos insta a estar informados y preparados para enfrentar las tentaciones y trampas del enemigo. Esto implica un constante fortalecimiento espiritual, estudiando las Escrituras, orando y manteniendo una comunión estrecha con Dios. La vigilancia y la preparación nos ayudan a resistir y superar las maquinaciones del enemigo, estos puntos resaltan la importancia de estar siempre alerta y fortalecidos en nuestra fe para crecer y madurar espiritualmente.

EL CONTEXTO DE LAS PALABRAS.
Exactamente, el contexto es esencial para entender la profundidad y la intención detrás de las palabras de Pablo; en este caso, él estaba abordando un tema muy específico para la iglesia de Corinto: la necesidad del perdón y la importancia de no permitir que el conflicto y la discordia den lugar a Satanás.
La exhortación de Pablo a perdonar y avanzar en la fe es crucial para evitar que Satanás obtenga ventaja; la iglesia debía y debe enfrentar y resolver las situaciones que no están alineadas con los principios de Dios, en lugar de ignorarlas o permitir que continuaran causando enfermedades espirituales y divisiones, entender la importancia de la responsabilidad y la proactividad en la vida cristiana, es más que necesario, no podemos permitir que las situaciones que no son de Dios permanezcan sin ser confrontadas, ya que esto solo beneficia al enemigo.
Pablo como apóstol, como hijo de Dios enfrentó directamente los pecados graves que se estaban tolerando en la iglesia de Corinto; el accionar del apóstol es realmente impactante y subraya la gravedad de la situación en la iglesia de Corinto. La relación incestuosa era un pecado grave que incluso los inconversos consideraban repulsivo; Pablo no solo estaba señalando el pecado, sino también la falta de acción de la iglesia al tolerarlo.
La iglesia debía sentirse avergonzada y tomar medidas decisivas para corregir la situación, expulsando a la persona involucrada en el pecado, esto era necesario no solo por la pureza de la iglesia, sino también para no dar lugar a las maquinaciones de Satanás, que podía utilizar esa situación para causar más daño y división, la exhortación es bien clara, llama a la comunidad a mantener su integridad y santidad, enfrentando y corrigiendo el pecado en su medio, recordando la importancia de la disciplina y la pureza en la vida de la iglesia.
En su momento fue dolorosa para quien disciplinaba, pero, a su vez fue un acto de profundo amor y responsabilidad espiritual, a pesar del dolor y la tristeza que causó, tanto en él que disciplinó, como en la comunidad; Pablo sabía que era necesario enfrentar y corregir el pecado para el bienestar de la iglesia; la verdadera corrección, puede ser bastante difícil, sin embargo, a la luz de las escrituras es un acto de amor. No podía hacer la vista gorda ni ignorar la situación porque sabía que el pecado no confrontado puede corromper, dividir la comunidad y condenar las almas al infierno, la acción de Pablo demuestra su compromiso con la santidad y la pureza de la iglesia, así como su obediencia a la voluntad de Dios.
Esto es un testimonio del amor y la responsabilidad que debemos tener unos con otros en nuestra vida de fe; es un recordatorio poderoso de que, a veces, las decisiones más difíciles y dolorosas son las que más contribuyen al crecimiento y la salud espiritual de la comunidad. La verdadera corrección y disciplina, cuando se realizan con amor y en obediencia a Dios, pueden llevar a una transformación y renovación genuina. (Ver Levítico 18)
Estas palabras apostólicas son una lección muy poderosa sobre el balance entre justicia y misericordia; la disciplina y la corrección son necesarias, pero también lo es el perdón y la restauración cuando hay verdadero arrepentimiento; como iglesia se tiene la responsabilidad de actuar en amor, no solo para corregir, sino también para consolar y restaurar a aquellos que se han desviado, pero que vuelven arrepentidos.
Pablo, con su inmenso amor y dolor por la iglesia, demuestra la importancia de la gracia y la misericordia en la vida comunitaria. Al instar a la iglesia a perdonar y consolar al hombre arrepentido, se asegura de que la disciplina no se convierta en un obstáculo para la reconciliación y el crecimiento espiritual; este asunto en la iglesia de Corintios nos recuerda que el objetivo final de cualquier corrección es siempre la restauración y el bienestar espiritual de todos los miembros de la comunidad; mostrar amor y perdón en nombre de Jesús es fundamental para mantener la unidad y la salud espiritual del cuerpo de Cristo.
Abundantes bendiciones en Cristo para tu vida y tu familia, en todo lo que puedas y dependa de ti "apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela." (Salmo 34:14) Atte. Myrp