Introducción.

Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

                                                                    Filipenses 2:9-11


Queremos comenzar esta serie de escritos en cuanto a la fe cristiana trasmitiéndote, comunicándote, dando a conocer en un primer lugar algunos pensamientos sobre el personaje central del cristianismo cuyo nombre es Jesús de Nazaret.


Ciertamente vivimos en un mundo donde existe un desconocimiento generalizado hacia nuestro Dios a pesar que más de 2300 millones de personas dicen profesar la fe cristiana, sin embargo, el estado espiritual de la humanidad está fuertemente gobernado por los deseos mundanos, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida; deseos estos que prevalecen, predominan, señorean en un hombre que camina en la ignorancia, en la inopia, en el desconocimiento de la existencia de Dios; pero, que también se han colado en esos más de 2300 millones que dicen profesar la fe cristiana.


El primer condimento de esta inopia, de esta ceguera espiritual se encuentra en la condición humana y el pecado, el pecado es la mancha más horrenda, más espantosa, más horripilante en el corazón del hombre y en este mundo; el pecado es la infracción contra la ley de Dios; esta situación no solo afecta el relacionamiento del hombre para con Dios, sino que también afecta la interrelaciones entre los hombres; el pecado que se ha enraizado, alimentado desde la propia naturaleza carnal que no resiste, que no lucha, sino que cede y los consiente buscando su propia complacencia, su propio deleite, su propia satisfacción, su bienestar; el hombre no solo está muerto en sus delitos y pecados, sino que esta destituido, caído, alejado de la gloria de Dios.


El pecado entro a este mundo en sus comienzos a través de la desobediencia de Adán y Eva en el Jardín del Edén; al comer estos del fruto que Dios le había prohibido4; la acción de Adán en contra lo establecido por Dios en Edén se le conoce como el pecado original o la caída.


Cuando Adán desobedeció, el pecado entró en el mundo; el pecado introdujo la muerte, de modo que la muerte se extendió a todos, porque la paga del pecado la muerte es; el pecado de un solo hombre, trajo la muerte a muchos, y la muerte a la condenación eterna, el pecado hizo que la muerte reinara durante mucho tiempo.


La muerte perdería su reino, su imperio, ante la gracia maravillosa de Dios; quien regalaría a todo aquel que creyera en su Hijo, el perdón de los pecados; la justificación del hombre por medio de la fe en el Hijo traería al hombre paz para con Dios, todos los que reciben a Jesús vivirán en victoria sobre el pecado y la muerte.


Un solo pecado, el de Adán trajo muerte y condenación para todos; un solo acto de justicia el de Cristo en la cruz trae paz para con Dios y vida nueva para todo el que cree; asi que por la desobediencia de Adán muchos pasaron a vivir bajo pecado, maldición y muerte; pero por uno solo que obedeció a Dios, muchos serán declarados justos, serán bendecidos y vivirán en la presencia de Dios por siempre.


Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo: Por el cual también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.

                                                                   Romanos 5:1-2


La naturaleza humana manifiesta, exterioriza, revela de alguna manera el dominio del pecado en el corazón de todos los seres humanos, no importa todo lo que se pueda esforzar, trabajar, disciplinar el hombre para no pecar, para librarse del pecado, para no hacer lo malo, porque al final, en algún momento, en alguna situación el pecado se manifestará, aparecerá, saldrá a luz.


Como pueblo de Dios quizás algunos pocos o muchos como que encontramos un paradigma, que no es otra cosa que un conjunto de pensamientos que nos permite ver ciertas características de vulnerabilidad, debilidad, fragilidad del hombre frente al pecado, estamos seguro y más que seguros a la luz de las escrituras de lo siguiente: no hay una sola persona en la tierra que siempre sea buena y nunca peque; no hay ni un solo justo, ni siquiera uno; todos se desviaron, todos se volvieron inútiles. No hay ni uno que haga lo bueno, ni uno solo; Si afirmamos que no tenemos pecado, lo único que hacemos es engañarnos a nosotros mismos y no vivimos en la verdad; el que nunca haya pecado q arroje la primera piedra.


por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre,

                                                                          Romanos 3:23-25


Es un hecho que este paradigma de que todo hombre es pecador, nos lleva a la idea de que nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios, esto es a consecuencias de su humanidad pecaminosa donde todo hombre queda destituido de la gloria de Dios, esta humanidad es débil, endeble, frágil, floja frente al pecado; Pablo, apóstol de Jesucristo se enfrenta a ese dilema que realmente le causaba un gran conflicto, un gran problema, una dificultad importante a su conciencia, el cual lo ilustra de la siguiente manera: Quiero hacer lo que es correcto, pero no puedo. Quiero hacer lo que es bueno, pero no lo hago. No quiero hacer lo que está mal, pero igual lo hago. Ahora, si hago lo que no quiero hacer, realmente no soy yo el que hace lo que está mal, sino el pecado que vive en mí.


Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

                                                            Romanos 7:21-25


Cristo es la repuesta de Dios al pecado del hombre, no hay nada en este mundo que pueda librar, perdonar, redimir al hombre de su pecado salvo la fe en Jesucristo el hijo de Dios.

De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.  Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.  El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 

                                                                              Juan3:16-18 

La pregunta: ¿Quién es Jesús? Realmente puede llevarnos a un sin número de repuestas que tanto pueden acercarnos o alejarnos de la verdadera persona de Jesús reveladas en las escrituras, Jesús dijo: Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. (Juan 5:39)

Las escrituras nos dicen que Jesús preguntó en cierta oportunidad a sus discípulos ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? El tiempo no solo ha cambiado, sino que han pasado alrededor de dos mil años del ministerio terrenal de Jesús, pero, el barullo, el entrevero, la confusión, el desconcierto para algunos, pocos o muchos continúa en la conciencia de los hombres, más allá de ser creyentes o no.


Esta pregunta realizada por Jesús a sus discípulos sigue estando fresca y teniendo vigencia a través de los siglos, las interpretaciones y las creencias sobre quien es Jesús varían muy significativamente, para algunos Jesús es el Hijo de Dios, para otros es un ser creado*; para otros Jesús es un profeta o un gran maestro, mientras que algunos piensan que Jesús es un mito**


Esta diversidad, multiplicidad, pluralidad de opiniones y creencias lo que realmente hace es demostrarnos que en el mundo existe una complejidad, un embrollo, una importante confusión sobre quien es Jesús, independientemente de las opiniones de hombres y mujeres de este mundo intentaremos traer la mayor claridad posible a la luz de las escrituras sobre quien es Jesús.


* El arrianismo doctrina cristiana que niega la divinidad de Cristo, los mormones, los testigos de Jehová, al igual que otras religiones consideran que Jesús fue un ser creado.

** Jesús Mito. La teoría del mito de Cristo es aquella que sostiene que Jesús no fue, ni es una persona real, sino que simplemente fue un personaje mitológico, inventado, ficticio, esta posición se ha desarrollado a lo largo de los siglos y ha contado con diversos adherentes

A nosotros como cristianos, que proclamamos las sagradas escrituras como nuestra regla de fe y esperanza, debemos de tener bien en claro quién es Jesús, entender y profundizar en la identidad de Jesús debería ser una prioridad en cada creyente; escudriñar quien es Jesús como ser, como persona, como Dios y Hombre, como Cristo, como salvador del mundo.


Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ELLAS SON LAS QUE DAN TESTIMONIO DE MÍ;

                                                            Juan 5:39