
Mas os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer. Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed.
Lucas 12:4-5
Introducción
Realmente encarar, enfrentar, desarrollar con valentía el tema sobre el infierno es una tarea escamosa, áspera, conflictuada, compleja y controvertida, eso es a consecuencias de que no existe un verdadero consenso, asentimiento, aprobación sobre las características sustantivas, definitorias, determinantes sobre el infierno, las perspectivas y creencias sobre el mismo son muy variadas, por lo tanto, desde aquí y sin querer colocarme en camisa de once varas como dice el adagio, el refrán popular, ni pretender confrontar, cotejar, contrastar, discrepar con nadie; pero, lo cierto es, porque nobleza obliga, que lo que aquí está desarrollado, escrito, es realmente lo que creo acerca del tema infierno; lo que expongo lo hago con la mayor de consideraciones y con una profunda honestidad en primer lugar conmigo mismo, sé que he sido llamado a contender, discutir, pugnar sobre palabras, o mensajes bíblicos, lo cual para nada aprovecha, sino que es más bien para perdición de los oyentes;procuremos con diligencia presentarnos a Dios aprobados, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. (2 Timoteo 2:14-15)
Es más que importante, substancial, transcendental, para todos y cada uno de los creyentes entender, discernir, concebir en el pensamiento que el infierno no es el resultado de la imaginación humana; que el infierno no es un espejismo o una fantasía, el infierno no es una metáfora para asustar la gente, el infierno es una realidad, tan real como el cielo, porque es la propia palabra de Dios quien da testimonio de la existencia del cielo y del infierno, el cielo y la tierra pasara, más las palabras de Jesús permanecen para siempre (Mateo 24:35) palabra fiel es esta: si somos muertos con Jesús, también viviremos con Jesús; si sufrimos, también reinaremos con Jesús; si le negáremos, Jesús también nos negará; si fuéremos infieles, Jesús permanece fiel; Jesús no puede negarse a sí mismo.(2Timoteo 2.11-13) Jesús no puede negar su palabra, eterna ella es.
Los diferentes textos bíblicos nos proporcionan evidencia para sostener que el infierno es real y forma parte del camino de la fe, y se necesita una comprensión espiritual sobre, no podemos poner en dudas su existencia por que la palabra de Dios e de nuestro Señor Jesucristo son eternas, imperecederas, no cambian con el tiempo, la palabra es un pilar más que solido en la fe, en la convicción cristiana. En consecuencia, a la eternidad e inmutabilidad de la palabra de Dios el infierno es tan tangible, tan real, tan cierto como el cielo, esto no tiene que ver con la profundidad explicativa de la teología cristiana, esto tiene que ver con la importancia que podamos creer y vivir las enseñanzas de Jesús en las sagradas escrituras llegando a entender la enseñanza que hay detrás de las advertencias sobre el infierno.
Podemos encontrar algunas definiciones generales acerca de la palabra infierno, como por ejemplo: Lugar al que van las almas de las personas que mueren en pecado, sin haberse arrepentido de sus fallas, para sufrir toda clase de penalidades; otra definición que podemos encontrar es lugar o morada donde residen los muertos; sin embargo en nuestro enfoque tiene un perspectiva doctrinal sustentada en la palabra de Dios, al mirar el infierno con un enfoque sustancialmente doctrinal se establecen principios de fe exhortándonos a evitar el pecado, la incredulidad o la ignorancia sobre la existencia del infierno, el infierno no es un lugar agradable, atractivo o encantador, por el contrario es un lugar de dolor y sufrimiento, allí será el lloro y el crujir de dientes; (Mateo 24:51) palabras estas que nos ilustran una sensación de arrepentimiento (lloro) y desesperación (crujir de dientes)

Los que al infierno van, con dolor lo digo, es porque han hecho la elección de vivir lejos de Dios, consciente o inconscientes, apáticamente, tibiamente han rechazado, han ignorado, han desobedecido a Dios, por lo tanto, la forma de vida o de vivir, las decisiones que se han tomado en este mundo es lo que marca el destino final del alma; sabemos que no todo termina en la muerte física, no todo termina en el sepulcro, llegará la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación; (Juan 5:29) este será el tiempo donde el testimonio, las acciones, y las elecciones que hemos hecho en esta vida determinaran el destino final; la resurrección de Cristo y su victoria sobre la muerte son pilares en el creyente de fe y esperanza, porque tenemos la promesa de vida eterna, la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad (2 Timoteo 1:10)
No hay, no existen, no consta evidencia alguna en las escrituras que nos niegue la inmortalidad, la perpetuidad, la infinitud del alma, Dios todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. (Eclesiastés 3:11) este concepto de la inmortalidad, de la eternidad del alma, nos coloca ante una perspectiva poderosa y consoladora para el creyente, Dios ha establecido para los hombres que estos mueran una sola vez y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan. (Hebreos 9:27-28) estas palabras bíblicas para los que creen refuerzan el sentido de esperanza y de la fe, de la redención del alma y la vida ete
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. (Juan 10:10) nada extraño hay al decir en que el ladrón es la oposición, el contraste, el antagonismo, la aversión con respecto al buen pastor; los propósitos y las características del buen pastor, Jesús; son como el día y la noche con los propósitos y características del ladrón, satanás, mientras Jesús tiene en sí mismo el propósito de vida y salvación para todos los que creen, el ladrón tiene en sí mismo el propósito de muerte y condenación eterna para con las almas que no creen o no viven conforme a la autoridad de la palabra, más allá en que él no tenga poder alguno para matar o condenar a nadie, Jesús ha dicho: yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades; (Apocalipsis 1:17-18) el poder de la vida, de la muerte, de la salvación y de la condenación están en manos de Jesús.

Más allá de la verdad infalible que nos trasmite las escrituras sobre un diablo derrotado, vencido, que no tiene ningún derecho sobre el creyente, porque todo creyente le pertenece a Dios y esta envestido el poder divino para pisar, quebrantar, aplastar, hollar serpientes y escorpiones, y toda fuerza del enemigo, y sabe que nada le dañará, (Lucas 10:19) palabras que trasmiten al creyente una convicción de victoria sobre las fuerzas del mal, el diablo ha sido derrotado y no tiene poder o autoridad sobre ninguno de los hijos de Dios; sin embargo, nunca debemos de dejar de ser sobrios, y velar en todo tiempo; porque el adversario el diablo, satanás, la serpiente antigua, está al asecho y como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual debemos de resistir firmes en la fe, (1 Pedro 1:8-9) porque siempre existirán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. (Mateo 24.24) pero, antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó; por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 8:37-39
No tengo la menor duda, que ningún creyente, fundamentado, cimentado, enseñado en la sana doctrina, querrá ir a ese terrible, espantoso, pavoroso, aterrador lugar llamado infierno, y es probable que tal deseo no se alimentado de lo malo que es allí, sino por el gran deseo de no querer separarse, alejarse, distanciarse por nada del deseado , del amado del alma, Jesús; el creyente no busca evitar el infierno por el sufrimiento que puede existir en él, sino por el profundo anhelo de no separarnos de nuestro Dios; es más, pienso que el peor tormento que existe allí es saber que se tuvo la oportunidad de caminar con Dios y llegar al cielo y que por placeres, momentáneos, carnales, pecaminosos nos arrojan al castigo eterno.
Los destellos bíblicos que describen algunas características del infierno son realmente terribles, estremecedoras y señalan la seriedad del asunto para aquellos que se desvían del camino alejándose de Dios; allí será hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios, donde ha sido vaciado el cáliz de la ira de Dios; allí será un tormento con fuego y azufre y el humo del tormento sube por los siglos de los siglos; allí no habrá reposo de día ni de noche; allí será un lugar de dolor y sufrimiento, allí será el lloro y el crujir de dientes; el sufrimiento será consciente, todo el que llegue ahí, al infierno sabrán que están sufriendo un castigo justo; de igual modo tenemos diferentes corrientes en cuanto a la duración del infierno como por ejemplo el universalismo*, el aniquilacionismo**, mientras que otros piensan que el infierno es eterno, que no tendrá fin.
Las escrituras nos señalan algunas cosas que nos llevan a pensar que hay una eternidad para ambos destinos finales, sea esto cielo o infierno; muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. (Daniel 12:2); El Señor con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero; (1 Tesalonicenses 4.16), habrá una resurrección, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión eterna. Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre.Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará, y serán abominables a todo hombre. (Isaías 66:22-24) el pueblo de Dios permanecerá para siempre delante de Dios, mientras los rebeldes permanecerán para siempre con su vergüenza, su pesar, y el sufrimiento del lugar donde se encuentran y esto será realmente doloroso.
Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar.Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno,donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. (Marcos 9.43-48), tremendo es todo esto.

La enseñanza bíblica puede ser sencilla para algunos; el infierno es eterno, los perdidos tendrán un sufrimiento eterno en el infierno, Jesús dijo: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. (Mateo 25:41)irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna. (Mateo 25:46) Jesús habló de eternidad para ambos, tanto para los que van al cielo, como los que se dirigen al infierno, las palabras castigo eterno, y vida eterna nos testifican de una eternidad para el infierno y una eternidad para el cielo, Juan dice lo siguiente: serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
Antes de confrontar a una persona directamente con el infierno, su sufrimiento, su eternidad, es más que importante que el creyente tenga una compresión, un conocimiento, un discernimiento solido de quien es Dios, del carácter de Dios, del propósito de Dios para todo hombre sea quien sea este; Dios es amor, (1 Juan 4:16), su amor es eterno, (Jeremías 31:3) su amor nunca deja de ser, (1 Corintios 13:8) que de tal manera amo Dios al pecador que entrego su Hijo en sacrificio de Cruz, para que todo el que creyera fuera salvo de la condenación que conlleva el pecado; Dios no disfruta de la muerte de un pecador, ni de la condenación del mismo: "Vivo yo, que no quiero la muerte del impío, sino que el impío se aparte de su camino y viva (Ezequiel 33:11), aún hay esperanzas para este mundo en tinieblas, aún hay esperanzas para el hombre perdido, aún hay esperanzas para el pecador, Jesucristo el Hijo de Dios es la esperanza y la vida para todo el que cree, todos tienen la oportunidad de venir a Cristo, recibir su perdón y vivir por siempre en los cielos para gloria del Hijo.
Algunos piensan que el infierno es el reino de satanás, como que él es el soberano del mismo, que hace lo que se le antoja, lo que se le viene en gana; es en este momento que quiero echar mano a uno de los puntos que intentamos aplicar en nuestro diario vivir hacia el relacionamiento entre cristianos o con cristianos que es el siguiente: En canto a fundamentos unidad, en cuanto a opiniones, libertad, en todas las cosas amor; como siervo de Jesús tengo el pensamiento tengo una opinión muy fuerte como para decir que satanás no está a cargo del infierno, ni lo gobierna, ni puede condenar a nadie a ese lugar; el infierno es un fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.(Mateo 25:41) y el diablo será lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 20:10), por lo tanto, el infierno ha sido creado por Dios, es un lugar de tormento, de sufrimiento, de castigo para satanás, para toda su comitiva, y lo que rechazan a Cristo; (2 Pedro 2.4-9) el infierno no es el lugar donde reina satán, es el lugar donde pagará por sus rebeliones y maldad. Jesús dijo: os enseñaré a quién debéis temer; temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a este temed. (Lucas 12:5)
Todos los que han sido atribulados, que han sufrido pruebas diversas, persecuciones, injurias, difamaciones, cárceles, traiciones, necesidades, etc., etc.; tendrán reposo cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, (2 Tesalonicenses 1:7-9)
Hemos mencionado anteriormente al universalismo* y al aniquilacionismo** que no son otra cosa que corrientes de pensamientos sobre el destino final de todo hombre o mujer.
Universalismo *. El universalismo es la postura que afirma que, al final, todos serán salvos. Más allá que tienen una serie de textos donde fundamentan su ideología, también abogan por la no existencia del infierno
Aniquilacionismo** sostiene que los malvados sufrirán temporalmente por sus pecados en el infierno. Cuando hayan pagado su deuda, Dios los exterminará y no existirán más.
Que es lo realmente importante en este punto, más allá de la posición ideológica, filosófica, o doctrinal que se tenga, en cuanto al tema donde van a parar los perdidos después de la muerte, ya sabemos la verdad de Dios que no todo termina ahí, en una tumba, sino que entendemos perfectamente que el alma trascenderá, traspasará, irá más allá de la muerte física, morirá el hombre y donde estará, existe, hay un destino después de la muerte, está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio;(Hebreos 9:27) es más que importante proclamar a Jesucristo el Hijo de Dios como salvador, porque todo aquel que recibe a Cristo, halla la vida eterna y es librado de condenación eterna; es imposible negar que existe un final, el diablo será lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 20:10) como aquellos que no obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, (2 Tesalonicenses 1:7-9).
bendiciones abundantes para tu vida y tu familia. Atte. Myrp