Gracia Divina 

Por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.

                                                                                    1 Corintios 15:10


Por cierto, que estamos llenos de expectativas, de confianza, de esperanza en cuanto a la manifestación de la gracia y el poder de Dios, estamos llenos de esperanzas en cuanto a este tiempo en nuestra congregación.


Es un hecho, que para los que creen, todo le es posible, y nosotros creemos que Jesucristo es más que poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, y a él sea gloria por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.


Basta con que recordemos de las cosas que Dios ha hecho, remontémonos hasta los tiempos antiguos, si queremos podremos ver, apreciar de que sólo Jehová es Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a él, Dios siempre ha anunciado lo por venir desde el principio, desde la antigüedad lo que aún no era hecho.


Que decir: el consejo, la palabra de Dios permanece viva por siempre, y hará todo lo que él quiere; tenemos la sana petición, ante su trono de gracia, que todo aquello que Dios ha pensado sobre este tiempo y en cuanto a nosotros como pueblo sea hecho para gloria y honra del nombre que es sobre todo nombre: Jesucristo.


Tenemos un sueño, una visión esperanzadora, que nos anima, que nos entusiasma, que nos llena de pasión, que ha provocado un empoderamiento que despierta, ha despertado, y despertará en nosotros una serie de procesos espirituales que van generando, forjando, creando cambios, transformaciones, mutaciones beneficiosas en cada uno de los llamados, desafiandonos a impulsar, compartir, comunicar, bajo el señorío de Cristo en primer lugar, las buenas nuevas de salvación.


llevar el mensaje de Dios a toda criatura porque el Espíritu del Señor está sobre la iglesia, para dar buenas nuevas a los pobres; para sanar a los quebrantados de corazón; para transmitir libertad a los cautivos; para dar vista a los ciegos; para poner en libertad a los oprimidos, para decir al cansado, al afligido, al menesteroso, al desesperanzado; venid a Cristo, Cristo vive y te ama desde siempre y para siempre; Cristo vive y reina con absoluta soberanía; Cristo tiene una respuesta para cada vida.


Estamos tratando, tenemos el desafío de transmitir, de comunicar, a todos por igual que Dios tiene un propósito, un plan, un designio, una maquinación desde un principio, desde antes de nacer en Jesucristo su Hijo; desde antes de la fundación del mundo hay un plan para ser santos y sin mancha delante de él, en amor, habiéndonos predestinado para ser adoptados, hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad.


Este propósito divino no será alcanzado por medio de nuestra sabiduría o inteligencia, lo que Dios ha planeado no será alcanzado por los recursos humanos o económicos que podamos poseer, ni será alcanzado por la valentía o el arrojo humano por fenomenal que estos sean, hay que entender de una buena vez, que la voluntad de Dios se realizará pura y exclusivamente por la gracia de Dios.


Sin embargo, como hombres y mujeres de Dios, como hombres y mujeres de fe, como hombres y mujeres con propósitos y determinaciones a causa del reino de los cielos, comprometidos con Dios, tendremos que esforzarnos al máximo, ser valientes, no temer y poner lo mejor de cada uno de nosotros.


Hemos sido alcanzados por Dios con un propósito bien determinado y debemos siempre mirar hacia adelante, alcanzar aquello por el cual fuimos alcanzados, debemos de esforzarnos y ser valientes en cada paso que damos hacia la consolidación, el fortalecimiento, la vivificación, del propósito divino para con cada uno nosotros.


Dios ha equipado, ha provisto, ha dotado de dones, talentos, armas espirituales, recursos para que se alcance el objetivo divino que ha maquinado desde siempre para cada uno de sus hijos, por lo tanto; jamás, nunca, en ningún tiempo, bajo ninguna circunstancia debemos pensar que no se logrará alcanzar el objetivo divino, si Dios lo ha maquinado, se hará, en Cristo somos más que vencedores, todo lo podemos en Cristo que nos fortalece.


Debemos de entender que, por estar en los planes, en los propósitos de Dios, las cosas se nos resultarán fáciles, en ninguna manera, Josué el cual tenía sobre su vida un propósito, un plan divino y por lo tanto, es instruido de parte de Dios de cómo debe de caracterizarse, comportarse en ese plan; sin lugar a dudas, caminar en los propósitos de Dios demandará de nuestro mayor esfuerzo y dedicación.


Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. (Josué 1:5-9)

Por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo. 1 Corintios 15:10


Es una realidad bíblica, que sinuoso, escabroso, cuesta arriba y por momentos solitario es el camino del Señor, aun estando en el plan, en el propósito divino, las cosas no suelen ser fáciles, como algunos, pocos o muchos creen; por lo tanto, en algunas, pocas o muchas ocasiones tendremos que hacer intensos y fuertes esfuerzos personales y colectivos, para alcanzar el o los objetivos.


A pesar del mayor esfuerzo que podamos hacer, a pesar del mayor costo sacrificio realizado, en ese esfuerzo realizado llegaremos a reconocer que el principal actor y proveedor para la ejecución, realización, concreción del plan, de la visión es Dios, al final del camino entenderemos que ha sido Dios para con nosotros ayudándonos en todas las cosas, a él sea la gloria por siempre.Pablo dijo: por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo, la claridad expresada por el apóstol es tremenda, nos transmite algo inmutable, inalterable, incambiable para todos los creyentes; gracias a la misericordia, gracias al favor inmerecido recibido de parte de Dios somos quienes somos.Pablo a la luz de sus cartas.


El apóstol nos transmite lo siguiente: Soy por gracia de Dios un hombre libre, salvo de condenación, lleno de esperanza, de confianza; con un ministerio, con dones, con un plan y un propósito divino sobre mi v ida, no resultado del aquí y el ahora, no es un resultado de un sobresalto de Dios, ni de un impulso momentáneo, él me apartó desde el vientre de mi madre, desde antes que naciera, desde antes que tuviera nombre, él me llamó para manifestar su gracia sobre mí, él no me llamó por méritos personales que podía ostentar, sino que fue nada más y nada menos que su gracia, su favor inmerecido sobre sobre mi.


Les cuento que esa gracia recibida de parte de Dios, ese favor inmerecido y divino no ha sido en vano, no ha sido infructífero, insustancial, frívolo, indiferente, por el contrario, esa gracia divina me ha llenado de pasión, de propósitos, de entusiasmo, de maquinaciones y debido a ello he trabajado más que ninguno.Esto hago siempre, me extendiendo hacia adelante, para alcanzar aquello a lo cual he sido llamado; me esfuerzo por lograr aquello por lo cual he sido alcanzado por Dios, he venido a ser ejemplo, sean imitadores de mí como yo de Cristo, me he esforzado al límite de mis fuerzas y más para lograr los objetivos divinos, por realizar el plan de Dios, y lo he alcanzado, lo he logrado, lo he conseguido, gracias Dios.


Saben qué, he llegado al podio, podio que muchos anhelan llegar, alcanzar, obtener; no he alcanzado esa mísera plataforma donde se busca otorgar a alguien preeminencia, distinción, reconocimiento por lo logrado, no en ninguna manera no es mi deseo gloriarme en la carne, la carne esclaviza; la carne enaltece la jactancia, la carne exalta la vanagloria humana y de la vida; cosas estas que no convienen a los ojos de Dios, porque son actitudes falsas, hipócritas, falsarias, mentirosas; no arriesgándose a construir, edificar y desarrollar el Reino de los cielos, la iglesia del Señor Jesús.


Gracias a Dios he llegado al podio de la gracia, comprendiendo que si Dios me ha dado esto, me ha permitido hacer esto o aquello, si algo he logrado o alcanzado para el Reino de Dios no he sido yo, sino la gracia de Dios, el favor inmerecido de Dios sobre mi vida; gracias Dios por darme una vida con propósito, bien determinada e intencionada, porque soy hechura tuya, creado en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales preparaste de antemano, desde siempre, para que anduviera en ellas lográndolas.


Dios es un ser único, soberano, inmutable, insobornable; él no acepta las apostillas, las acotaciones humanas, ni las interpretaciones humanas sobre la sencillez del mensaje de la cruz, que suele sonar a locura al hombre carnal; el mensaje de la cruz no es del hombre, este mensaje es de Dios, cuando se distorsiona, se desfigura, se deforma este evangelio, este mensaje proveniente del corazón mismo de Dios, de parte del hombre, por cierto, que es en su carnalidad y en su razonamiento, se han creído sabios, pero realmente no son otra cosa que falsos apóstoles, falsos maestros que se han introducido en la vida de la iglesia con verdaderas herejías o interpretaciones erróneas demostrando poco o nada de respeto a la verdad de Dios, verdaderos abofeteadores en el rostro de la verdad indiscutible del mensaje de la cruz.


Dios, ese ser extraordinario, único, todopoderoso que me ama como nadie me puede amar jamás; él me dio todo esto y mucho más por su gracia, sin su gracia sobre mi vida no lo podría lograr, ni nada sería, su gracia manifestada en todo su esplendor en la cruz, a través del sacrificio de su santo y unigénito Hijo Jesús, me llegó, me alcanzó produciendo en mi lo que ahora soy y todo lo que hago, para gloria de Dios lo hago. 


 Es incuestionable, innegable, concluyente que existen enemigos en este camino, por lo tanto, hay que batallar contra las fuerzas del mal, así que hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. (Efesios 6:10-12)


Como he vivido y también he aprendido que sinuoso, escabroso, cuesta arriba y por momentos solitario es el camino del Señor, es un camino demandante de nuestro mayor esfuerzo sacrificio posible, algunos han recibido el llamamiento de Dios, tienen una visión, como que ven el propósito de Dios para con sus vidas, sin embargo como que no están dispuestos a marchar en pos del plan de Dios, porque todo lo esperan basado en hacer el menos costo sacrificio posible, basan, fundamentan sus vidas y su fe en conceptos por lo cuales no están dispuestos a luchar, a esforzarse, a ser valientes, comprometidos, responsables, verdaderos trabajadores del reino, olvidando que el reino de los cielos es de los valientes y solo ellos lo podrán arrebatar en la gracia y poder de Jesucristo.


¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. (1 Corintios 9.24-25) 


Ciertamente en cualquier competencia atlética, los atletas se preparan, se esfuerzan, guardan una disciplina, practican constantemente con el fin de ganar la competencia deportiva, y recibir una corona terrenal, corruptible, perecedera, pero, la verdad es que solo los primeros, los que ganan, los que derrotan a los demás competidores se llevan el premio. Sin embargo, en la carrera al cielo no hay perdedores, no hay derrotados, la carrera está diseñada de parte de Dios para que todos ganen, para que no haya perdedores, todos ganan en Cristo, todos son victoriosos por siempre, el objetivo de esta carrera es llegar, y todos los que llegan, llegarán por medio de los méritos de Cristo, en ese final del camino todos recibirán una corona eterna, incorruptible. 


Por lo tanto, corramos de tal manera que obtengamos el galardón preparado para todo aquel que cree y vive en Cristo, así que: despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. (Hebreos 12:1-2) 


Así que amados hermanos, esforcémonos cada día en la gracia que es en Cristo Jesús; y guardemos las enseñanzas bíblicas que hemos oído, que al final de camino tendremos la recompensa bienaventurada de la vida eterna, sepan que he peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 


Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida..Maravilloso es el testimonio de Pablo, apóstol de nuestro Señor y Salvador Jesucristo quien desea para todo creyente lo siguiente: El Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándolo de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. Efesios 1:17-23


Abundantes bendiciones en Cristo para tu vida y tu familia, en todo lo que puedas y dependa de ti "apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela." (Salmo 34:14) Atte. Myrp