Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí

Juan 14:6

En mi vida he recibido palabras que han impactado mi forma de pensar y por lo tanto han impactado en mi forma de ser y actuar, la primera fue en una campaña que después de estar dos horas sin entender nada, deseando que terminara la reunión, deseando salir de aquel lugar, cuando empezaron a llamar a las personas para orar, yo me alegré de verdad y pensé para mí, por fin esto se termina, empezaron a orar, y hacer todo lo que se hace en este tipo de eventos, yo seguí aferrado a mi lugar, esperanzado que ya todo estaba acabando, de pronto una palabra sacude mi ser, lo que más se asemeja a esta primera experiencia con Dios, es tocar por una fracción de segundo un cable de corriente vivo, y vaya encontronazo, se de esto, ya que trabajé desde niño en la construcción y en varias ocasiones tuve encontronazos con cable que tenían corriente.


 Pero, aquella palabra me impactó, me sorprendió causando un efecto en mí, haciendo que me pare de mi lugar y comience a caminar hacia el lugar que estaban orando, allí me recibieron, me preguntaron si quería aceptar a Cristo como salvador, dije que sí, me animaron hacer una oración la cual hice, y me entregaron unos papeles, me pidieron la dirección y me dijeron que después me indicarían la iglesia a la cual debía de concurrir; aquellas palabras que recuerdo hasta hoy juntamente con sus imágenes fueron las siguientes: "Esta puede ser la última vez que te llame"


Esa noche los planes que teníamos con mi hermano de ir a tomar unas cervezas y comer pizzas, quedó olvidado, abandonado, borrado completamente de nuestras mentes y volvimos a casa de mi hermano, este habla con su señora, que era mi cuñada y me dice porque no te quedas en casa, ya que por ese tiempo yo vivía en la calle, al otro día antes de ir a trabajar tanto mi hermano Julio, como mi cuñada Elvira me invitan a que viniera a vivir con ellos, sin darles un sí o un no definitivo, me fui a trabajar, intente realizar mi rutina, el hábito, la costumbre, que tenía con un compañero de trabajo, siempre antes de entrar y luego a la salida tomábamos unas grapas con limón, pero, ese día no pude tomar nada, cuando llegue a casa de mi hermano comenté el hecho, para mi raro, que no había podido tomar, ahí escuche por primera vez las siguientes palabras de boca de mi hermano; "Dios te liberó"; yo no entendía nada de lo que hablaban o me decían, pero, la verdad es que algo poderoso paso en mi vida porque nunca volví a tomar, hoy entiendo, Dios me había liberado del alcohol.


A la semana siguiente los hermanos de la campaña llegaron a la casa de mi hermano, me informaron a la iglesia que debía de concurrir, agradezco, a los hermanos que me visitaron, pero, resulta que la iglesia quedaba algo bastante lejos, así que decidí acompañar a mi hermano y cuñada a la iglesia que ellos concurrían ya que estaba cerca de donde estaba viviendo, allí encontré una pequeña congregación, en la cual comencé a congregarme, yo envuelto en un montón de problemas, la iglesia tenía otro montón de problemas, aparte por momentos me parecía o entendía conforme a mi pensamiento que estaba metido entre un montón de locos, y tenía una lucha fuerte interna dentro de mí, esa lucha era me voy o me quedo, pero aquellas palabras que había recibido el primer día estaban ahí, no se borraban, no desaparecían de mi mente; pero, aquella locura era incomprensible para mí, era inentendible para mí, gritaban, oraban, hablaban de forma que no entendía, algunos se caían, esto a mi razón era un caos, un desbarajuste incontrolable, un desorden de locos.


Yo me encontraba viviendo una lucha tremenda, había momentos en que quería irme de la iglesia; esta lucha la vivía cada reunión que iba; sin embargo un cierto día que yo estaba en esa situación de sentado en el banco, pero con mi mente deseando huir, como consecuencia de que yo entendía que era un caos; en medio de esa locura, de ese desbarajuste totalmente descontrolado, se hace un silencio total como si mis oídos hubieran quedado bloqueados de todo lo que pasaba en aquel lugar, no oía nada, aunque veía todo, en ese silencio inexplicable para mi es que oigo una palabra totalmente desconocida para mí, estoy cienxcien seguro que fue la primera vez que la escuché, esa palabra que oí en medio del silencio que me envolvía fue: Yo soy el camino, la verdad y la vida; estas palabras fueron dichas con una suavidad única, y de una manera única ya que no me olvidaría de ellas nunca más.


Al siguiente instante, nuevamente todo lo mismo, la misma locura, la misma gritería, luego pregunte sobre aquello que había pasado, no me acuerdo todo lo que me dijeron unos y otros, sé que no había un consenso, pero dentro de mi ahora había una certeza increíble, una convicción tan fuerte, que decidí bautizarme, me puse de inmediato a colaborar con la escuela bíblica, y esas palabras hasta hoy tienen en un efecto increíble, la primera iglesia que comencé le llamé Jesús es el Camino, por nueve años pastoree en ese lugar junto a mi hermano y amigo Juan González, ya que fue en su casa que comenzamos de cero; mis dos hijas Ruth y María nacieron en ese ministerio, fue un tiempo glorioso, poderoso, maravilloso. 

A lo largo de mi vida he tenido varias y diferentes experiencia de estas características, lo único que puedo decir que nunca han sido iguales, pero he aprendido que la voz de Dios es inconfundible, y los medios que Dios emplea son muy diferentes los unos de los otros; lo único que puedo agregar que aquellas palabras recibida en medio de un conflicto de seguir o no seguir han sido mi meta por siempre, seguir el camino, la verdad y la vida, seguir a Jesús, es y será mi meta; algunos problemas, dificultades, pruebas han pasado en mi vida y mi familia, pero Jesús siempre ha sido mi norte, mi sustantivo de vida, por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12:1-2


Cuando testifico acerca de mi vida como que hay cosas que me las reservo porque he visto la cara de la incredulidad, con aires burlesco, dentro del pueblo de Dios, lo que me causa cierto dolor e incomprensión sabiendo que estamos por decirlo de alguna manera en la usina, en la fábrica, en la industria productora de fe, ya que sin fe es imposible pertenecer al reino de Dios, por lo cual Dios me ha dado una frase, un dicho el cual creo con todo mi corazón que dice: ningún incrédulo alcanzará una sola promesa de Dios, porque las promesas de Dios son para los que creen; no en vano está escrito el justo por la fe vivirá, texto que aparece en Habacuc 2:4, Romanos 1:17, Gálatas 3:11, Hebreos 10:38 ; si esto no fuera suficiente está bien claro que sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6) y todo lo que no proviene de fe es pecado (Romanos 14:23) no hay alternativas, si quieres algo de Dios tienes que creer, porque Dios es galardonador de quienes le buscan.


 Pero lo bueno y maravilloso de todo esto en que hay momentos en que si puedo contar muchas de esas cosas porque tengo testigos que vivieron conmigo esas situaciones donde la manifestación de la gracia y el poder inmenso, grandioso, extraordinario y único de mi Dios y Señor acontecieron, situación esta que despierta en mí, a la edad que estoy, cierta satisfacción, cierta paz, cierto contentamiento en Cristo porque he podido disfrutar de su presencia inigualable, extraordinaria, excepcional y única en mi vida, con Cristo estoy seguro, con Cristo todo lo puedo, con Cristo soy más q A lo largo de mi vida he tenido varias y diferentes experiencia de estas características, lo único que puedo decir que nunca han sido iguales, pero he aprendido que la voz de Dios es inconfundible, y los medios que Dios emplea son muy diferentes los unos de los otros; lo único que puedo agregar que aquellas palabras recibida en medio de un conflicto de seguir o no seguir han sido mi meta por siempre, seguir el camino, la verdad y la vida, seguir a Jesús, es y será mi meta; algunos problemas, dificultades, pruebas han pasado en mi vida y mi familia, pero Jesús siempre ha sido mi norte, mi sustantivo de vida, Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12:1-2


Cuando testifico acerca de mi vida como que hay cosas que me las reservo porque he visto la cara de la incredulidad, con aires burlesco, dentro del pueblo de Dios, lo que me causa cierto dolor e incomprensión sabiendo que estamos por decirlo de alguna manera en la usina, en la fábrica, en la industria productora de fe, ya que sin fe es imposible pertenecer al reino de Dios, por lo cual Dios me ha dado una frase, un dicho el cual creo con todo mi corazón que dice: ningún incrédulo alcanzará una sola promesa de Dios, porque las promesas de Dios son para los que creen; no en vano está escrito el justo por la fe vivirá, texto que aparece en Habacuc 2:4,Romanos 1:17,Gálatas 3:11,Hebreos 10:38 ; si esto no fuera suficiente está bien claro que sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6) y todo lo que no proviene de fe es pecado (Romanos 14:23) no hay alternativas, si quieres algo de Dios tienes que creer, porque Dios es ganador de quienes le buscan.


Pero lo bueno y maravilloso de todo esto en que hay momentos en que si puedo contar muchas de esas cosas porque tengo testigos que vivieron conmigo esas situaciones donde la manifestación de la gracia y el poder inmenso, grandioso, extraordinario y único de mi Dios y Señor acontecieron, situación esta que despierta en mí, a la edad que estoy, cierta satisfacción, cierta paz, cierto contentamiento en Cristo porque he podido disfrutar de su presencia inigualable, extraordinaria, excepcional y única en mi vida, con Cristo estoy seguro, con Cristo todo lo puedo, con Cristo soy m ue vencedor, Dios conmigo está como poderoso gigante.


No hay dudas el camino al Padre, el camino a la patria celestial, el camino a nuestra morada eterna es seguro, es tan seguro que Dios lo describe de la siguiente manera: Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará. Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad. El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos. Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará.No habrá allí león, ni fiera subirá por él, ni allí se hallará, para que caminen los redimidos. Isaías 35:4-9


No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. (San Juan 14:1-7)


El camino es seguro, podemos estar confiados en Cristo, él no nos fallará, nuestro hogar celestial espera por los que creen y confían en Dios; peleemos, luchemos la buena batalla fe, acabemos la carrera de la vida, guardemos la fe; porque está guardada la corona de justicia, la cual dará el Señor, juez justo, en aquel día; a todos los que aman su venida. (2 Timoteo 4:7-8)